lunes, 13 de mayo de 2024

Presentación de Parábolas entre parabólicas de Pablo Villa

El próximo viernes 17 de mayo presentaremos Parabolas entre parabólicas, de Pablo Villa que será presentado por Pablo Méndez, será en el Centro Riojano, calle Serrano, nº 25  a las 19: 30 horas

 

  

Estampa urbana con niño
 
  
La imagen que me viene a la memoria
-a modo de metáfora un poco relamida-
de lo que puede ser, en general, la vida
y de lo que puede suponer escribir un poema,
resulta, en verdad, un tanto tópica.
Veamos si es cierto lo que digo.
Una ciudad. En la ciudad una plaza.
Una estatua de algún prócer en el centro.
Y en la plaza con la estatua de un prócer,
bancos donde sentarse a conversar o a contemplar la vida.
Y todo en derredor palomas. Y niños un poquito más lejos.
Un niño corre raudo hacia donde se encuentran en racimo
las palomas, posadas en el suelo, picoteando migas.
Cuando está a punto de llegar a ellas, cada una
recupera su individualidad, levanta el vuelo.
Y el todo que formaban en el suelo se deshace, en el aire
un caos de aleteos que resuenan como un derrumbamiento.
 
Al niño le divierte el revuelo absoluto que ha causado;
lo emociona la extrema cercanía de algo
que siempre ve lejano, en las alturas;
se exalta con el ruido, intenso y delicado a un tiempo,
que ha causado la turbamulta de plumas abanicando el aire;
lo excita la turbulencia que las alas remueven,
y llega hasta su pelo y lo despeina.
Siente que todo cuanto anhela está a su alcance
y, para celebrarlo, levanta sus bracitos al cielo.
Entusiasmado, grita de puro gozo.
La alegría que le ha entrado en el cuerpo,
como si lo hubiera atravesado la energía de un rayo,
toma tierra a través de sus pies.
Y se pone a dar brincos y a reír como loco.
De pronto, ya no queda ninguna paloma en el lugar.
Vemos cómo su cuerpo se le achica,
se contrae en un rictus apenas perceptible.
Como si, a ojos vista, menguara de tamaño.
Sin solución de continuidad, el entusiasmo
ha devenido pura decepción.
Se le ha venido encima el peso del vacío.
Se ha quedado sin nada entre las manos.
Acaba de conocer el desencanto, un segundo después
percibe, en toda su dramática evidencia, el desconcierto.
 
Se gira hacia su madre para pedir ayuda.
No sabe cómo hacer para volver y retomar el tiempo,
ser el mismo que era cuando salió corriendo
con intención de apoderarse de todas las palomas.
Continuar como si nada hubiera sucedido.
Necesita que lo socorran con urgencia.
Su madre no está cerca, no la ve, no la oye.
Se asusta y, casi sin querer, le resbala una lágrima
por su carita abajo, se para en la barbilla
donde queda en suspenso, en precario equilibrio.
 
A veces me sucede a mí lo que a ese niño:
uno ve volar expectativas de continuo
y experimenta el perenne destejer de lo tejido.
Como el niño, en muchas ocasiones uno puede que corra
en busca de la alegría que debe suponer sentirse vivo,
y que parece estar tan al alcance de la mano. Pero huye.
A veces cae del cielo en forma de un poema.
Creí que lo tenía y, de repente, ha levantado el vuelo.
Como el agua, se me ha resbalado entre los dedos.
También necesitaba el auxilio de una mano amistosa,
pero solo ha acudido cuanto aquí llevo escrito.
Si se lo mira con benevolencia, se parece a un poema,
es verdad que distinto al que tenía en mente.
No sé si bueno, si pasable o claramente malo.
Dejemos que el lector, si lo hubiera o hubiese,
saque sus propias conclusiones.

   

Parábolas entre parabólicas, de Pablo Villa. Ediciones Vitruvio, número 1010 de la Colección Baños del Carmen.

 


martes, 7 de mayo de 2024

Presentación de Recuento de ilusiones, de Norberto Garcés

El próximo lunes 13 de mayo presentaremos Recuento de ilusiones, de Norberto Garcés, que será presentado por Pablo Méndez, será en el Centro Cultural Emilia Pardo Bazán, calle Goya, nº 1 a las 19: 30 horas.

   

ÍNCIPIT
 
  
Después de abandonarme tantos años
vuelves a mí otra vez. ¿Dónde estuviste?
¿En qué lugar remoto te escondiste
con la salada miel de tus engaños?
 
Desamparadamente y entre extraños
he vivido estos lustros. ¿Comprendiste
el dolor que causabas? ¿Descubriste
que no era digno de ir por tus peldaños?
 
Dame tu flor cautiva, tu belleza.
Dame la fuerza del ayer prohibido.
Dame la compañía del herido.
Dame el rastro del oro y su pureza.
 
Recuperar tu aroma plenamente:
la aurora cotidiana de lo ausente.

 

Recuento de ilusiones, de Norberto Garcés. Accésit Premio Vitruvio. Ediciones Vitruvio, número 1004 de la colección Baños del Carmen.



lunes, 6 de mayo de 2024

Presentación de La ingravidez que somos, de Antonio Ríos Espinosa

El próximo viernes 10 de mayo presentaremos La ingravidez que somos, de Antonio Ríos Espinosa que será presentado por Juan Carlos Mestre y Pablo Méndez, será en el Centro Riojano, calle Serrano, nº 25  a las 19: 30 horas

   

INSERT COIN


Te dirán que la causa es el veneno;
 
sin embargo,
yo me inclino a creer
            
que por diversos motivos
de índole espiritual
—acaso místicos—
las cucarachas gustan de morir mirando al cielo.
 
Así la vida.
Así la fe.
Así este juego.

  

 

La ingravidez que somos, de Antonio Ríos Espinosa. Premio de Poesía Rivas-Covibar. Ediciones Vitruvio, número 986 de la Colección Baños del Carmen.



Presentación de La niña que ha sembrado la tierra del poema, de Josela Maturana

El próximo jueves 9 de mayo presentaremos La niña que ha sembrado la tierra del poema, de Josela Maturana que será presentado por Pablo Méndez, será en el Centro Riojano, calle Serrano, nº 25  a las 19: 30 horas

 

 NUNCA DIRÁN MIS VERSOS TAL COMO LOS CONCEBÍ

 
  
Nunca los niños dirán mis versos
tal y como los concebí,
nunca las mujeres de mi vida me llamarán
ansiosas por lucir los brocados de sus fondos
y los encajes dispersos de mi búsqueda.
Jamás será total la conversación de sus cuidados,
y los hombres que porté en la ausencia
olvidarán los dóciles adjetivos de mi alma.
Nunca, tensa la vida de no leerme en balde,
me mirará con el rostro gélido de la pasión
aterrizando su pájaro en el huracán de mi dominio
para decirme
cómo han de cantar el texto de mi voluntad
y la misericordia humilde de mi consuelo
los que no accederán a este atajo incesante.
Nunca un coro de amigos desvelará sus obsesiones
en mis apellidos,
y dirán, agrestes ya sus manos de despedirme,
adiós para siempre a la poeta indecisa,
la bienamada y escondida muchacha
de nuestros pañuelos.
Adiós para siempre el amor que nos tuvimos
sin atrevernos a buscarlo entre tus oraciones.

   

La niña que ha sembrado la tierra del poema, de Josela Maturana. Ediciones Vitruvio, número 1007 de la Colección Baños del Carmen.