El próximo viernes, 18 de diciembre, se presentará el libro, Yo tampoco y tú sin embargo, de Antonio Marín Albalate. Presentará el libro el poeta y cantante Luis Eduardo Aute y Pablo Guerrero leerá unos poemas del libro. Será en La Casa del Libro de la calle Fuencarral, nº 119, a las 19: 30 horas.
Yo que esto escribo
Yolanda: es la una.
La una de la tarde en todos los relojes
del edificio.
Hora de comer pan con amapolas,
si nos dejaran.
La una de la tarde en todos los lunes
con un radio aproximado
de ciento cincuenta kilómetros.
–Es la una, sí, la hora de hoy, a la una.
Ha dicho el de la calva con costras.
Anda,
danos ya lo que sea.
Tenemos hambre.
Un hambre muy honda –como de bestias–,
que sólo tu mano puede calmar, amor.
Yo tampoco y tú sin embargo, de Antonio Marín Albalate. Ediciones Vitruvio. Número 205 de la Colección Baños del Carmen
miércoles, 16 de diciembre de 2009
lunes, 14 de diciembre de 2009
Presentación de Night Club para alumas aplicadas, de Berta García Faet
El próximo Jueves, día 17 se presentará el libro, Night Club para alumnas aplicadas, de Berta García Faet, libro ganador del premio Ciega de Manzanares. El acto se celebrará en la librería Primado, Avenida de Primado Reig, nº 102, de Valencia, a las 19: 30 y será presentado por Viktor Gómez.
Segunda ley de Newton aplicada sobre un corazón
La segunda ley de Newton
es la ley más cruel del universo:
ésta nos dice, aproximadamente,
que si actúa sobre un cuerpo femenino
(la comprobación empírica la he efectuado,
señores, sobre el mío…)
una única fuerza, un único acontecimiento
(un beso extremo, un golpe teatral,
un adiós de tiniebla, un martirio)
aquél se acelerará (los poetas hablan
de respiración que se precipita, de sentimiento
que se lluvia y nieve el corazón)
más cuanto más chiquito
y débil sea (los físicos hablan de masa).
Es decir, no teniendo bastante
con ser pequeña e insignificante,
resulta que aún encima por esto
sufro más y más. Qué mundo. Vivir
para ver esto. La segunda ley del perro
flaco al que todo le son pulgas y hambres:
la segunda ley de que si me besan
–a mí, microscópica y mínima–
salgo disparada por los aires, hasta el cielo,
hasta que otra fuerza –el desamor, la mentira–
me neutralice y me devuelva
a mi inicial desesperanza en tiempo
(y alegría y todo) igual a cero.
Night Club para alumnas aplicadas, de Berta García Faet. Premio Ciega de Manzanares, 2008. Ediciones Vitruvio.
Segunda ley de Newton aplicada sobre un corazón
La segunda ley de Newton
es la ley más cruel del universo:
ésta nos dice, aproximadamente,
que si actúa sobre un cuerpo femenino
(la comprobación empírica la he efectuado,
señores, sobre el mío…)
una única fuerza, un único acontecimiento
(un beso extremo, un golpe teatral,
un adiós de tiniebla, un martirio)
aquél se acelerará (los poetas hablan
de respiración que se precipita, de sentimiento
que se lluvia y nieve el corazón)
más cuanto más chiquito
y débil sea (los físicos hablan de masa).
Es decir, no teniendo bastante
con ser pequeña e insignificante,
resulta que aún encima por esto
sufro más y más. Qué mundo. Vivir
para ver esto. La segunda ley del perro
flaco al que todo le son pulgas y hambres:
la segunda ley de que si me besan
–a mí, microscópica y mínima–
salgo disparada por los aires, hasta el cielo,
hasta que otra fuerza –el desamor, la mentira–
me neutralice y me devuelva
a mi inicial desesperanza en tiempo
(y alegría y todo) igual a cero.
Night Club para alumnas aplicadas, de Berta García Faet. Premio Ciega de Manzanares, 2008. Ediciones Vitruvio.
viernes, 11 de diciembre de 2009
Presentación de En brazos de la ausencia, de Mario Riera
El próximo martes, 15 de diciembre, se presentará el libro, En brazos de la ausencia, del poeta Mario Riera. El acto será a las 20: 00 horas en el salón de actos del Club del Diario de Ibiza y será presentado por Vicente Valero.
Así
Así prefieres conocerme,
con mis palabras en la frente,
con el alma en la mano que empuña
su arma.
Así me tienes atrapado en estos versos,
arañado por sus significados
que ahondan en mi
como quien se clava
un cuchillo en las entrañas.
Así es fácil que te devuelva
todo el silencio que me das,
ese plácido abatimiento
que no espera nada y deja ir,
entre frases olvidadas,
un clamor en la mirada.
En brazos de la ausencia, de Mario Riera. Ediciones Vitruvio. Número 207 de la Colección Baños del Carmen.
Así
Así prefieres conocerme,
con mis palabras en la frente,
con el alma en la mano que empuña
su arma.
Así me tienes atrapado en estos versos,
arañado por sus significados
que ahondan en mi
como quien se clava
un cuchillo en las entrañas.
Así es fácil que te devuelva
todo el silencio que me das,
ese plácido abatimiento
que no espera nada y deja ir,
entre frases olvidadas,
un clamor en la mirada.
En brazos de la ausencia, de Mario Riera. Ediciones Vitruvio. Número 207 de la Colección Baños del Carmen.
jueves, 10 de diciembre de 2009
La memoria y la muerte, de Juan Luis Panero
Ha salido ya a la venta el libro, La memoria y la muerte, una cuidada selección de la obra poética de Juan Luis Panero. Perteneciente al grupo de poetas surgidos en los años setenta, la obra de Juan Luis Panero es una visión contínua, poderosa y sublime de la nostalgia y el recuerdo. Hijo del poeta Leopoldo Panero, su vinculación constante con la literatura le convierte en una voz indispensable y siempre sugerente.
A la mañana siguiente Cesare Pavese no pidió el desayuno
Solo bajó el tren,
atravesó solo la ciudad desierta,
solo entró en el hotel vacío,
abrió su solitaria habitación
y escuchó con asombro el silencio.
Dicen que descolgó el teléfono
para llamar a alguien,
pero es falso, completamente falso.
No había nadie a quien llamar,
nadie vivía en la ciudad, nadie en el mundo.
Bebió el vaso, las pequeñas pastillas,
y esperó la llegada del sueño.
Con cierto miedo a su valor
–por vez primera había afirmado su existencia–,
tal vez curioso, con cansado gesto,
sintió el peso de sus párpados caer.
Horas después –una extraña sonrisa dibujaba sus labios–
se anunció a sí mismo, tercamente,
la única certidumbre que al fin había adquirido:
jamás volvería a dormir solo en un cuarto de hotel.
Luis Cernuda
En Madrid, donde me dieron la noticia de tu muerte,
en Sevilla, años después, en una extraña primavera,
en Londres, repitiendo tantas veces
el sonido de tu voz, el roce de tu mano.
En Nueva York, mirando caer la nieve
–junto aquel cuerpo que tanto quise–,
y en México, bajo la lluvia, frente a la piedra rajada,
que nada guarda sino tu nombre y la ceniza de un recuerdo,
has estado conmigo, fantasma de un fantasma.
Y esta tarde de Roma –en la casa en que muriera Keats–,
bajo la luz transparente de principios de otoño,
he vuelto a sentir, casi un temblor, tu presencia,
la terca pasión de tu memoria,
algo remoto y familiar como tu fotografía.
Que esa presencia, esa memoria me acompañen
hasta el día en que sean reflejo fiel,
testimonio inútil de un sueño derrotado
y una mano cierre mis ojos para siempre.
Autobiografía
Una casa vacía, otra derrumbada,
un niño muerto al que le cuentan cuentos,
despedidos fantasmas que se desvanecen,
ceniza y hueso, piedras derrotadas.
Cuartos alquilados, repetidos espacios fugaces,
las huellas de los cuerpos en las sábanas,
una pesada resaca sin destino,
voces que nadie escucha, imágenes de sueños.
Innecesarias páginas, gaviotas en la ventana,
mar o desierto, blancos despojos,
signos y rostros en la pared de la memoria.
Sucias pupilas de sol en México, tercos
los ojos redondos de la calavera
contemplan pasado, presente, futuro,
sombras tenaces, metáforas gastadas.
Miro sin ver lo que ya he visto,
humo disforme que se esfuma,
invisible mortaja bajo nubes fugaces.
Humo en la noche y la nada instantánea.
La memoria y la muerte. Ediciones Vitruvio. Número 204 de la Colección Baños del Carmen.
A la mañana siguiente Cesare Pavese no pidió el desayuno
Solo bajó el tren,
atravesó solo la ciudad desierta,
solo entró en el hotel vacío,
abrió su solitaria habitación
y escuchó con asombro el silencio.
Dicen que descolgó el teléfono
para llamar a alguien,
pero es falso, completamente falso.
No había nadie a quien llamar,
nadie vivía en la ciudad, nadie en el mundo.
Bebió el vaso, las pequeñas pastillas,
y esperó la llegada del sueño.
Con cierto miedo a su valor
–por vez primera había afirmado su existencia–,
tal vez curioso, con cansado gesto,
sintió el peso de sus párpados caer.
Horas después –una extraña sonrisa dibujaba sus labios–
se anunció a sí mismo, tercamente,
la única certidumbre que al fin había adquirido:
jamás volvería a dormir solo en un cuarto de hotel.
Luis Cernuda
En Madrid, donde me dieron la noticia de tu muerte,
en Sevilla, años después, en una extraña primavera,
en Londres, repitiendo tantas veces
el sonido de tu voz, el roce de tu mano.
En Nueva York, mirando caer la nieve
–junto aquel cuerpo que tanto quise–,
y en México, bajo la lluvia, frente a la piedra rajada,
que nada guarda sino tu nombre y la ceniza de un recuerdo,
has estado conmigo, fantasma de un fantasma.
Y esta tarde de Roma –en la casa en que muriera Keats–,
bajo la luz transparente de principios de otoño,
he vuelto a sentir, casi un temblor, tu presencia,
la terca pasión de tu memoria,
algo remoto y familiar como tu fotografía.
Que esa presencia, esa memoria me acompañen
hasta el día en que sean reflejo fiel,
testimonio inútil de un sueño derrotado
y una mano cierre mis ojos para siempre.
Autobiografía
Una casa vacía, otra derrumbada,
un niño muerto al que le cuentan cuentos,
despedidos fantasmas que se desvanecen,
ceniza y hueso, piedras derrotadas.
Cuartos alquilados, repetidos espacios fugaces,
las huellas de los cuerpos en las sábanas,
una pesada resaca sin destino,
voces que nadie escucha, imágenes de sueños.
Innecesarias páginas, gaviotas en la ventana,
mar o desierto, blancos despojos,
signos y rostros en la pared de la memoria.
Sucias pupilas de sol en México, tercos
los ojos redondos de la calavera
contemplan pasado, presente, futuro,
sombras tenaces, metáforas gastadas.
Miro sin ver lo que ya he visto,
humo disforme que se esfuma,
invisible mortaja bajo nubes fugaces.
Humo en la noche y la nada instantánea.
La memoria y la muerte. Ediciones Vitruvio. Número 204 de la Colección Baños del Carmen.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
En recuerdo de Angeles Navarro Guzmán
El pasado jueves, 3 de diciembre, falleció la poeta Angeles Navarro Guzmán. Nos unimos al dolor de sus familiares y amigos y de todos los que nos hemos sentido cerca de ella através de su poesía. Su voz estará siempre con nosotros.
Para un sastre fantasma
unas tijeras inútiles
Las huellas en la arena
giran sobre sí mimas
¿A qué mapa piensas disparar
certeramente?
El juego del blanco y el negro
acaba en eso
en blanco y negro
Mientras
un cactus trasparenta
el desierto infinito
del libro, La puerta del horizonte, número 183 de la Colección Baños del Carmen. Ediciones Vitruvio.
Para un sastre fantasma
unas tijeras inútiles
Las huellas en la arena
giran sobre sí mimas
¿A qué mapa piensas disparar
certeramente?
El juego del blanco y el negro
acaba en eso
en blanco y negro
Mientras
un cactus trasparenta
el desierto infinito
del libro, La puerta del horizonte, número 183 de la Colección Baños del Carmen. Ediciones Vitruvio.
jueves, 3 de diciembre de 2009
Presentación de Poblar un mundo, de Eduardo Merino Merchán
El próximo 7 de diciembre se presentará el libro, Poblar un mundo, de Eduardo Merino. El acto se hará en la Casa de Cultura del Ayuntamiento de Cazalla de la Sierra (Sevilla), a las 19: 00 horas, y será acompañado de un concierto ofrecido por el grupo El gato Maula.
Quería así decirlo
(Mi madre pasea su juventud por Cazalla)
Quería así decirlo.
Recuerdo las calles antiguas
por las que no paseé
y las sombras en verano
que no me cubrieron del sol
que al mediodía restallaba
de luz los campos secos.
Recuerdo la lluvia inmensa
que no me mojó en las noches
en que el otoño alimentaba
los montes y regajos.
Recuerdo las mañanas
en las que no desperté de sueños
que no dormí, recuerdo las mañanas
frescas y desoladas, las tardes
y los días en que sin nacer
recuerdo los lugares, las fechas
las miradas amigas
las encinas templadas
bajo las que tú descansaste
tus jóvenes caminatas.
Recuerdo los azules cielos
que moldearon tu cara de niña
y los balcones desde los que soñabas
espiando a un joven con bastón
y perro.
Quería así decirlo
que recuerdo lo que no viví
y lo que no vi y lo que no soñé.
Las encinas, ya lo dije
y los olivos apretados hasta enero.
Y los días turbios difíciles de nombrar
cuando el calor hundía la inquietud
en el silencio entre paredes.
Y la fotografía que desgrana tu vivir
y el pozo que te nutre
al fondo los jazmines y el cortijo
y más al fondo la jara, los castaños
y la luna.
Y así quise decirlo y así lo digo
porque amo todos esos recuerdos
y por ellos amo estas calles
y estos montes, estos soles
y encinas, ya lo dije, templadas
la lluvia que me moja
y la que me falta.
Cuanto forma estos campos,
esta sierra pequeña y recogida
la quietud de las sombras
y los amaneceres rasos
los vientos que incendian
las cumbres del otoño
y el olor tan querido
del tiempo antiguo que regresa
como la lumbre
cuando estoy viniendo.
Poblar un mundo, de Eduardo Merino. Ediciones Vitruvio, número 47 de la Colección Covarrubias.
Quería así decirlo
(Mi madre pasea su juventud por Cazalla)
Quería así decirlo.
Recuerdo las calles antiguas
por las que no paseé
y las sombras en verano
que no me cubrieron del sol
que al mediodía restallaba
de luz los campos secos.
Recuerdo la lluvia inmensa
que no me mojó en las noches
en que el otoño alimentaba
los montes y regajos.
Recuerdo las mañanas
en las que no desperté de sueños
que no dormí, recuerdo las mañanas
frescas y desoladas, las tardes
y los días en que sin nacer
recuerdo los lugares, las fechas
las miradas amigas
las encinas templadas
bajo las que tú descansaste
tus jóvenes caminatas.
Recuerdo los azules cielos
que moldearon tu cara de niña
y los balcones desde los que soñabas
espiando a un joven con bastón
y perro.
Quería así decirlo
que recuerdo lo que no viví
y lo que no vi y lo que no soñé.
Las encinas, ya lo dije
y los olivos apretados hasta enero.
Y los días turbios difíciles de nombrar
cuando el calor hundía la inquietud
en el silencio entre paredes.
Y la fotografía que desgrana tu vivir
y el pozo que te nutre
al fondo los jazmines y el cortijo
y más al fondo la jara, los castaños
y la luna.
Y así quise decirlo y así lo digo
porque amo todos esos recuerdos
y por ellos amo estas calles
y estos montes, estos soles
y encinas, ya lo dije, templadas
la lluvia que me moja
y la que me falta.
Cuanto forma estos campos,
esta sierra pequeña y recogida
la quietud de las sombras
y los amaneceres rasos
los vientos que incendian
las cumbres del otoño
y el olor tan querido
del tiempo antiguo que regresa
como la lumbre
cuando estoy viniendo.
Poblar un mundo, de Eduardo Merino. Ediciones Vitruvio, número 47 de la Colección Covarrubias.
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miércoles, 2 de diciembre de 2009
Rubén Martín Díaz, premio Adonais de poesía
El poeta albaceteño, Rubén Martín Díaz, ha resultado ganador del premio Adonais en su última convocatoria con su poemario El minuto interior. Rubén Martín Díaz es autor del libro, Contemplación, publicado en 2009 y premio Fundación Siglo Futuro-Caja de Guadalajara.
Destierro de luz
Descansa, siéntate sobre esa roca
pues ella alberga la luz última del día.
Llevas los ojos manchados de tristeza
y un silencio que muestra
la sombra de un espíritu quebrado.
Ahora, el mar bordea tus tobillos
como una lengua áspera
que hace madurar tu carne;
la sal escuece, pero su bocado
es un beso que sana.
Ya sabes:
el cielo empieza a descolgar cenizas,
la noche es un futuro próximo,
tan cercano como el abrazo
que el día otorga en su partida.
Este último polen, esta sed
de sol licuado hasta agotarse,
apura el vértigo de ser luz
tras la primera ola que ha de perecer
sin el níveo tono de su espuma.
Guarda el llanto para otros ojos,
la noche no es más que el reposo
de todo pálpito. Al alba,
el parto de las aves rociadas de sol,
su nitidez y asombro
ante el flujo nacido de la vida,
no dejará malgastar tus lágrimas.
del libro, Contemplación, Rubén Martín Díaz. Ediciones Vitruvio. Número 182 de la Colección Baños del Carmen.
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