El próximo jueves 2 de febrero se presentará Cuaderno de paseo de Miguel Ángel Manzanas que será presentado por Juan Antonio Marín en el Rincón de don Antonio del Café Comercial a las 19: 30 horas, en la Glorieta de Bilbao, nº 7.
Ajedrez de la vida
Desangelada tarde de noviembre.
Trece sombras apenas
en la sala de cine.
Aparte de una insípida pareja,
al resto de valientes nos asiste
la pura soledad.
La proyección comienza: la negrura.
La estancia es un tablero de ajedrez
con once fichas tristes y atontadas,
que, aun siendo todas blancas, compañeras,
–pues miran en la misma dirección–
no saben si atacar o defender,
si acercarse a rozar el muslo ajeno
o protestar con fuerza
–qué impostura–
tras cada ataque anónimo de tos.
La película es larga. Y aburrida.
Vencidas de sopor,
algunas fichas ceden al suicidio,
y con rictus amargo
abandonan la sala.
El alfil perezoso que yo soy
vacila entre quedarse o si marchar
pero al pronosticar
el llanto del raquítico peón,
la dolorosa angustia de la reina,
decide resistir.
Y entonces es la sala, gravemente,
remedo de la vida:
un espacio parduzco y reprochable
donde nunca sabemos
si estamos por querencia
o estamos por estar.
Cuaderno de paseo, de Miguel Ángel Manzanas. Ed. Vitruvio. Número 286 de la Colección Baños del Carmen.
lunes, 30 de enero de 2012
viernes, 27 de enero de 2012
Presentación de El extraño que come en tu vajilla, de Francisco Lajarro
El próximo martes presentaremos el libro El extraño que come en tu vajilla, de Francisco Lajarro Lanchazo, que será presentado en el Rincón de don Antonio del Café Comerial (Glorieta de Bilbao, nº 7) a las 19: 30 horas, la presentación correrá a cargo de Miguel Ángel Casasola.
Imagen y semejanza
La cara de mi padre tiene boca
y demás utensilios para el gesto,
pero igual que la mano que acaricia
pasa a ser mano del acariciado,
su rostro frente al mío es también mío.
Y es que tiene razón nuestra vecina
cuando dice que el tiempo venidero
–que como todo tiempo
no viene sino va–
colocará mi ficha en su casilla.
Pero no se refiere al jaque mate,
ella habla del parchís,
de mis pies vendimiando muchos días
hasta alcanzar otro color, su boca,
de mi padre obligado a estar en casa.
No escribo este poema por mi miedo
a tocar las arrugas sin tenerlas,
pienso en la angustia de mi padre al verme,
tan joven, tan idéntico a él, ocupando
la edad que ya tuvo, quizás su cuerpo.
La cara de mi padre tiene boca
y demás utensilios para el gesto,
pero igual que la mano que acaricia
pasa a ser mano del acariciado,
su rostro frente al mío es también mío.
Y es que tiene razón nuestra vecina
cuando dice que el tiempo venidero
–que como todo tiempo
no viene sino va–
colocará mi ficha en su casilla.
Pero no se refiere al jaque mate,
ella habla del parchís,
de mis pies vendimiando muchos días
hasta alcanzar otro color, su boca,
de mi padre obligado a estar en casa.
No escribo este poema por mi miedo
a tocar las arrugas sin tenerlas,
pienso en la angustia de mi padre al verme,
tan joven, tan idéntico a él, ocupando
la edad que ya tuvo, quizás su cuerpo.
El extraño que come en tu vajilla, de Francisco Najarro Lanchazo. Ed. Vitruvio., Número 292 de la Colección Baños del Carmen.
martes, 24 de enero de 2012
Presentación de No están ciegos los poetas, de José María Prieto
El próximo viernes 27 de enero presentaremos el libro, No están ciegos los poetas, de José María Prieto que contará con la presentación de Rafael César Montesinos y será en el Rincón de don Antonio de El Café Comercial, a las 19: 30 horas (Glorieta de Bilbao, nº 7).
Popularidad
Sin haberle pedido permiso sale en la foto
y está ahí,
mirando de frente a quien quiera verle,
es noticia,
a lo largo del día
le pintarrajean.
Sin haberle pedido permiso sale en la foto
y está ahí,
mirando de frente a quien quiera verle,
es noticia,
a lo largo del día
le pintarrajean.
Papá, no corras
Cuanto más rápida es la velocidad del coche,
cuanto más cerca están de llegar a la playa,
son muchas las ganas de orinar ahora mismo del abuelo.
Cuanto más rápida es la velocidad del coche,
cuanto más cerca están de llegar a la playa,
son muchas las ganas de orinar ahora mismo del abuelo.
Examen
Cuando vienes a verme
el bajo de tus pantalones
me cuenta al detalle
en qué lugares has estado
y lo que dicen tus labios
no me lo creo nunca.
Cuando vienes a verme
el bajo de tus pantalones
me cuenta al detalle
en qué lugares has estado
y lo que dicen tus labios
no me lo creo nunca.
No están ciegos los poetas, de José María Prieto. Ediciones Vitruvio. Número 285 de la colección Baños del Carmen.
Presentación de Cibernáculo, de María del Valle Rubio
El próximo miercoles 25 de enero presentaremos el libro Cibernáculo, de María del Valle Rubio que será presentado por Diego Vaya en el Ateneo de Sevilla, calle Orfila nº 7, a las 20: oo horas.
Cibernáculo, de María del Valle Rubio. Ediciones Vitruvio. Número 279 de la Colección Baños del Carmen.
Ahora vas y vienes, te insinúas, te pierdes, te recobro; me levantas, me hundes, me destierras, me rompes, me eliminas, me envenenas.... Dónde quedó el brillo de tus ojos, en qué espejo te miras, en qué calle te hospedas. Pasos de ti me pierden, halagos y misterio de hombre en tu cintura. Tu dejadez me abruma. Te asomas a mi vida sin ninguna etiqueta, sólo con la descomunal belleza de tu raza. Arde tu piel tostada y tus labios pronuncian en silencio palabras imposibles. Traduces tu impaciencia en otro idioma, y me pides costumbres de tu pueblo, cuando dices que yo te pertenezco. Sólo el amor concibe tamaño desatino.
Cibernáculo, de María del Valle Rubio. Ediciones Vitruvio. Número 279 de la Colección Baños del Carmen.
lunes, 16 de enero de 2012
Presentación de Canto cotidiano, de Juan Carlos Ortega
El próximo viernes 20 de enero presentaremos el libro, Canto cotidiano de Juan Carlos Ortega, que será presentado por José Elgarresta en el Rincón de don Antonio del Café Comercial, Glorieta de Bilbao, nº 7 a las 19: 30 horas.
Desaprender
Mi mundo era hermético.
Allí donde otros hablaban
sin miedo,
yo me quedaba callado.
No hay error en el silencio
pero hay frustración
y soledad.
Poco a poco,
muy despacio
y con dolor
me fui otorgando
el derecho a la palabra.
Superé la timidez
y pude, al fin,
ser reconocido
y amado.
Perdóname
si ahora hablo demasiado.
Mi mundo era hermético.
Allí donde otros hablaban
sin miedo,
yo me quedaba callado.
No hay error en el silencio
pero hay frustración
y soledad.
Poco a poco,
muy despacio
y con dolor
me fui otorgando
el derecho a la palabra.
Superé la timidez
y pude, al fin,
ser reconocido
y amado.
Perdóname
si ahora hablo demasiado.
Canto cotidiano, de Juan Carlos Ortega. Ed. Vitruvio. Número 283 de la Colección Baños del Carmen.
miércoles, 4 de enero de 2012
Presentación de El ajimez de la casa de piedra de Francisco Vaquero Sánchez
El próximo sábado 14 de enero, presentaremos el libro El ajimez de la casa de piedra, de Francisco Vaquero Sánchez, lo haremos en la casa museo de Federico García Lorca en Valderrubio a las 19: 00 horas y será presentado por Pedro Enríquez y Manuel Delgado. También se realizaran escenas teatrales de Bodas de Sangre y de Poeta en Nueva York a cargo de los actores José Manuel Vicente Barroso y Melanie Blanco y una actuación musical de Elisa Remón, Hamza Castro y Luisa Otero.
Durmieron en lana los sentimientos.
Blanca, espigada, valiente,
señora en los campos de olivos,
paseas gozando la paz.
Cómo canta el agua por tus manos de azúcar.
Siempre fuiste el milagro para las ruinas,
para la sed y para el hambre.
Amazona y sueño de montes y espigas
pasas el testigo a las estrellas.
Traes el vientre hinchado y azul
como las olas que colman de juego
a los niños.
Has pasado los cincuenta
pero te sigues asomando a la vida
como quien vigila las lomas amarillas
y los senderos de las almas apenadas.
La claridad decidida de tu rostro nos descubre.
Blanca, espigada, valiente,
señora en los campos de olivos,
paseas gozando la paz.
Cómo canta el agua por tus manos de azúcar.
Siempre fuiste el milagro para las ruinas,
para la sed y para el hambre.
Amazona y sueño de montes y espigas
pasas el testigo a las estrellas.
Traes el vientre hinchado y azul
como las olas que colman de juego
a los niños.
Has pasado los cincuenta
pero te sigues asomando a la vida
como quien vigila las lomas amarillas
y los senderos de las almas apenadas.
La claridad decidida de tu rostro nos descubre.
El ajimez de la casa de piedra, de Francisco Vaquero Sánchez. Ed. Vitruvio. Número 284 de la Colección Baños del Carmen.
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