lunes, 25 de mayo de 2020

Presentación de En paradero desconocido, de Felipe Diaz Pardo


El próximo viernes 29 de mayo se presentará En paradero desconocido, de Felipe Diaz Pardo, el acto se hará en la sede de Ediciones Vitruvio, Calle Menorca, nº 44 a las 19: 30 horas y podrá verse en directo en https://presentacionesdelibros.blogspot.com/.


DESAPARECER SIN MÁS



Quizás morir sea desaparecer sin más,
ver un día que el sol no levanta
y todo se acaba, hasta el mismo dolor.

Nadie puede admitir que eso sea así,
porque nadie regresa para contarlo,
porque nadie admite el fracaso de un tiempo malgastado,
porque nadie soporte el peso inútil de una vida sin sentido.

Hay que comprender que lo que mueve a la esperanza
no es la física de los hechos certeros,
ni la mecánica de los actos ya escritos,
sino el aliento invisible de nuestro deseo
o el empeño difuso de nuestra avaricia.

Por eso, desaparecer sin más
alivia la carga de muchos pesares;
exime de futuras cuentas imposibles de saldar;
y permite, al fin, ver la luz que libera
de cualquier culpa.


En paradero desconocido, de Felipe Díaz Pardo. Ediciones Vitruvio, número 814 de la colección Baños del Carmen.

viernes, 22 de mayo de 2020

Presentación de No hay luz más dolorosa que la que no puede apagarse, de Pablo Méndez



El próximo viernes 22 de mayo se presentará la antología poética No hay luz más dolorosa que la que no puede apagarse, de Pablo Méndez, el acto se hará en la sede de Ediciones Vitruvio, Calle Menorca, nº 44 a las 19: 30 horas y podrá verse en https://presentacionesdelibros.blogspot.com/.



El gato de Maribel



Aún muy jóvenes, Maribel y Luis
llegaron al edificio en junio
o mayo de 1935, supimos
pronto que eran recién casados,
ella tenía el pelo rubio
y los ojos grandes e insólitos
de un color que siempre
parecía diferente,

al quedarse embarazada bajó
a decírselo a mi madre
y desde entonces, rezábamos
por ella en la oración de antes de acostarnos,

de nada sirvió, pues abortó
a las tres semanas y aquellos ojos
seguían siendo de un color
extraño pero esta vez muy triste,

tanto que mi hermano José,
que no pasaba entonces
los doce años, llegó a casa
con un gatito blanco y negro,
peludo y dulce, como un dibujo…

toda la familia subimos a dárselo,
nos recibió en camisón, y le puso
de nombre Mellis, que es Miel
en latín o dulce según se vea,

todavía lo estoy viendo volver
del patio, siempre limpio,
azulado y sombrío, con los ojos
de su dueña atardeciendo…

Lo peor vino después
ya en la guerra, su marido
se fue al frente y mi padre
estuvo tres semanas escondido
en la tipografía hasta que le ayudaron
a salir de Madrid. Nosotros
no fuimos a la guerra, yo y José
éramos demasiado jóvenes
y de mi hermano Esteban,
(sordomudo de nacimiento)
pensaron que era subnormal,
-él que fue todo inteligencia-.

Estaba prohibido rezar
o ir a misa y mi madre
recortó nuestras fotos
de primera comunión
y tiró a la basura
la Virgen del Carmen
que le regaló su abuela
al casarse, y eso que nosotros
sabíamos que no eran llantos
lo que hacía por la noche,
sino encubiertas oraciones
donde pedía por mi padre,
por sus hermanos aunque
ya los sabía muertos,
o porque terminara de una vez
aquel infierno que llenaba
de odio hasta los baldosines
de la cocina,

cuando nos quisimos dar cuenta
tuvimos que perseguir al gato
entrar a la fuerza en casa de ella,
quitárselo a empujones, y comérnoslo
como un misterioso y único manjar,
fue lo más tierno que comimos en tres años,

ahora ya saben porque no he vuelto
a probar la miel y tengo ese terror
por los gatos la guerra y el frenético
impulso que hace matar al ser humano.


No hay luz más dolorosa que la que no puede apagarse, antología, de Pablo Méndez. Ediciones Vitruvio, poesia tatoo.